En la práctica no se trabaja siempre con los valores máximos de esfuerzo que pueda
asimilar el deportista con el objetivo de mejorar cada vez su rendimiento, sino que la carga se
dosifica a partir de unos criterios previamente establecidos, para que corresponda, como se dijo, a
los niveles, de rendimiento esperados en las diferentes fases y periodos del entrenamiento.
En la gráfica, según modelo de Grosscr, podemos ver cómo se puede dosificar las cargas al
principio del período preparatorio del plan de entrenamiento para ir aumentándolas paulatinamente
y así superar el nivel inicial y alcanzar los objetivos de rendimiento esperados.
Para determinar estos valores máximos, que nos servirán de guía para dosificar las cargas de
esfuerzo físico en la planificación del entrenamiento, se toman como base diversos criterios,
especialmente los resultados logrados en el período competitivo anterior o pruebas de control que
se realizan al principio y durante el proceso de entrenamiento, y que nos permiten ir observando la
evolución del rendimiento del deportista.
El porcentaje de la dosificación de la carga de trabajo es el siguiente:
Nivel I – Excelente. 90-100% -- Excelente.
Nivel II – Bien. 80-89 % -- Bien.
Nivel III – Regular. 70-79 % -- Regular.
Nivel IV—Deficiente. 60-69 % -- Deficiente.
Sin nivel – Insuficiente. – 60 % --Insuficiente.